Tuesday, January 1, 2008

Me llamo Dalí..., Salvador Dalí

¿Qué diríais de una persona que, para decorar su piscina, eligiera unos grandes labios rosas, y unos luminosos anunciando neumáticos Pirelli? Pues bien, ese sujeto existe, y se llama Dalí. De hecho, en la siguiente foto me podéis ver sentado en un "banco" junto a la piscina de su casita de Port Lligat.
Y con eso y todo, probablemente esto sea lo más normal dentro del mundo Dalí. Bueno, no, esto no es completamente cierto. La realidad es que si bien su obra se rige por el surrealismo absoluto o, por decirlo más llanamente, por el mundo de los sueños (o, más llanamente aún, por lo raro), su vida diaria está plagada de buen gusto y refinamiento. Lo pude comprobar personalmente hace unos días, ya que me fui con unos amigos de excursión y pude visitar estas dos realidades del artista: por un lado su localidad natal, Figueres, para ver un museo sobre su obra, en cuyo montaje tuvo buena parte el mismo Dalí (de hecho murió en un apartamento anejo a las mismas instalaciones del museo); y por otro lado su propiedad en Port Lligat, donde residía durante seis meses al año (pasaba otros tres en París y los tres restantes en Nueva York), junto a Cadaqués, convertida hoy día en algo así como un museo de su intimidad.

Del museo no tengo mucho que decir: era un genio, sí, pero jugaba con los extremos y me parece que a veces se pasó: ¡vaya rayadas! El colmo, más allá del Cadillac en el que llueve por dentro, o sus cuadros repletos de muletas, relojes de bacon y cuerpos con cajones, o la omnipresencia de Gala, fue una estancia con el techo decorado por un fresco del pintor de afilados bigotes imitando el que ocupa majestuosamente la Iglesia del Gesù en Roma: ¡de verdad que este tipo está como un cencerro! Tendríais que verlo... La verdad es que ahí me reí con ganas. Para ser justo, hay que decir que algunos de sus cuadros son realmente preciosos, pero también es cierto que mi sensación al pasear por algunas salas era a veces cercana a la náusea. En fin, un genio con todos sus contrastes.

Pero su casita de Port Lligat... eso es harina de otro costal. La casa está formada por un conjunto de casas de pescadores que el tío compró en distintos momentos, a la orilla de una bahía casi completamente cerrada y que más parece un pequeño lago, un lugar lleno de luz y con vistas magníficas. La siguiente foto, en la que aparecemos Alex y yo, la sacamos en un mirador en lo alto de la propiedad (no esperéis apreciar en ella las susodichas vistas... la pda no da para tanto).
El interior de la casa es laberíntico, pero está decorado con muy buen gusto. Algo así como una mezcla de rústico y sibaritismo difícil de expresar: para recibirte, ¿qué mejor que un oso polar disecado para dejar bastones y paraguas? Y para que Gala pudiera charlar con sus amiguitas, ¿por qué no una pequeña sala abovedada, circundada por un sofá corrido muy bajo de estilo oriental, y dotada de una sonoridad realmente increíble? Todo así. ¿Quieres ver el reflejo del sol en el mar desde la cama? Pues nada, pon un espejo que refleje la ventana que se encuentra en el dormitorio, pero tres niveles más abajo... La verdad es que me encantó. De vez en cuando un huevo gigante aparecía en el sitio más insospechado, pero no dejaba de tener gracia. Bueno, hasta la piscina... ahí se le fue la pinza del todo. En vez de pitufos o gnomos en plan Michael Jackson en Neverland, Dalí se encontraba más a gusto nadando junto a rechonchas figuritas de Michelín, serpientes de trapo e incluso cabinas de teléfono (sí, de las antiguas de Telefónica).

Por último, el pueblecito junto al que se encuentra Port Lligat, Cadaqués, me pareció precioso. No me bañé en el mar de milagro, porque el día era formidable y se estaba muy a gusto comiendo en la playa. Aquí, en una terracita junto a la orilla, Joan 1, Joan 2 y yo.
Aquí, pensando si ponerme el bañador y hacer la locura de irme al agua o no:
Y aquí, otra vez en la terracita una vez pasado el (breve) ataque de locura:

1 comment:

Anonymous said...

Tsss...

Feliz Año!

Medio segundo para felicitarte la navidad (o lo que queda de ella...) y desearte un tremendo 2008...

Besos!