Friday, December 14, 2007

Por fin, con todos ustedes...

Hoy lo he estado comentando con algunos... estuvo bien, ¿eh? La verdad es que fue una noche memorable. En fin, vayamos poco a poco, y sobre todo no creemos demasiadas expectatios, que ya sabemos qué pasa después (que se nos caen las securities, vamos).

Lo habíamos dejado en el ensayo, ¿verdad? Pues bien, todo llega, y finalmente el día del Thanksgiving llegó. No estábamos especialmente nerviosos, creo yo. Para nervios, más bien los de Les Choristes, jajajaja. Ellos, y sobre todo ellas, sí que lo estaban. Ya visteis qué profesional lo iban preparando todo, atuendo incluido. ¡Una pasada! Por mi parte, mi principal fuente de ansiedad era la batería. ¿Tendríamos finalmente batería o no? Yo no había conseguido ninguna (no soy como mi amigo JuanPa que las saca de dos en dos, y en cero coma), y supuestamente "alguien" nos iba a proveer de una batería electrónica. ¿Existiría ese "alguien"? ¿Cómo sonaría la batería? ¿A cascajo? ¿Quién la montaría? Es que reconozzzzco que estoy malacostumbrado a llegar a mesa puesta en esto de los ensayos (como digo, JuanPa se las gasta solo para estas gestiones, y aquí en el IESE Mario no puedo decir que le va a la zaga). En el fondo sabemos que la batería no es lo que más ilusión me hace en la vida, pero reconozco que para Video Killed the Radio Star era muy necesaria y, por muy mal que lo hiciera, la canción tendría esqueleto con ella.
La prueba de sonido comenzaba, oficialmente, a las 6 de la tarde, pero los Fractilos habíamos quedado un poco antes; más o menos para las 5, según la siesta que se pegase cada cual. Últimas dudas: ¿me hago alguna estupidez en el pelo? ¿Color, forma, etc.? ¿Y la ropa? La verdad es que estuve tentado (y muchos sabéis que lo habría hecho, jajajaja, y que no sería la primera ni la última vez), pero el aviso que nos llegó es que la cena era un acto formal (concretamente, no jeans, etc.) por lo que preferí no llamar demasiado la atención... otra vez será.
Bueno, allí llegué. Ya que estaba en el IESE un sábado, aproveché y le pedí a uno de los guardias jurados el Financial Times de fin de semana... Ahora parece de broma, pero después del affaire Simon, creo que hice bien en fliparme un poco entonces... aunque, jajajaja, ¡para lo que me ha servido...! En fin, que allí estaba camino del comedor-escenario. En la entrada me relajé bastante: sí, ¡allí estaba! Inconfundibles, amontonadas en diferentes cajas de cartón, distinguí en seguida distintas piezas de la batería electrónica. Para quien nunca haya visto ninguna, es un cacharro bastante extraño... como platos de amianto a algo así, muy duros, y una especie de mini-andamio que lo organiza todo. ¿Cómo es posible que eso suene luego como lo hace? Ya digo, no me atrae demasiado, y prefiero la tradicional... pero también es cierto que te hace sentir un poco como en la movida madrileña, ¿no?: Golpes Bajos, Alaska, el Penta y todo eso.
A ver, que me desvío del asunto que nos trae aquí. La cosa es que aterricé en el comedor. Estaban en ese momento montando el escenario. En fin, parecía que todo estaba en marcha. Allí me enteré que antes de nosotros ensayarían los que actuarían justo antes: Pau Cardona junto con algunos otros profesores. La verdad es que sonaban estupendamente, y además habían elegido muy bien las canciones: celebrando el Thanksgiving Day, ¿qué mejor que empaparse de espíritu yankee con el Boss y un poco de The Joshua Tree? Pues sí, ahí estaban The River, con una armónica maravillosa, y el clásico entre los clásicos With or Without You.
A todo esto, llegó Dot y juntos estuvimos viendo os ensayos de Pau & cía. Como de-cía, lo ha-cían muy bien; pero no, nadie superaba nuestro megáfono en Radio Killed... Por cierto, Dot, ¿dónde está el megáfono? Contestación: Jo-der (creo que lo mejor es ponerlo con todas sus letras... es mucho más realista). Tío, me he dejado el p. megáfono (en este segundo caso, creo que lo mejor es NO ponerlo con todas sus letras... es mucho... mejor, jajaja). No pasa nada, tío, somos M-B-As, o sea, ni Jack Bauer tiene tantos recursos como nosotros. Pues eso, ¿cómo se llama nuestro recurso para este caso? 615 99... curioso nombre, sí señor. No, cáchis, es el móvil de Loren... jajajajaja. ¡Toma recursos! Loren, ¿te importa...? Menos mal que ahí estaba LdelaM para sacarnos de apuros. Habemus megafonum!
Nada, ya nos tocaba. Mario ya estaba aquí, él sí con todo lo necesario: púas para todos, letras para todos... sonrisas para todos (uhhhhhhh), y también llegó Santi, con su abrigo de pana verde estraperlo y ¡una cara de almohada! (ya se entiende, un lado más plano que el otro y todo eso). Menos mal que alguien (sí, de nuevo "alguien") había montado mientras la batería... Dios mío, eso tenía más cables que una UVI. Y, en realidad, no terminaba de sonar bien... el charles hacía cosas raras, y uno de los dos, el crash o el ride, sencillamente no funcionaba. Pero da igual, haríamos our best. Los ensayos sonaron decentemente, pero el coro no llegaba, y se acercaba la hora de la copita de bienvenida... Nada, unas pocas pruebas, y había que dejarlo. No recuerdo ahora si llegamos a ensayar con coro (ellos/as o, mejor, ellAs/os, jajajajaja) o no: imagino que sí. El caso es que, llegado un punto, lo dejamos: alea iacta est! dijo mi viejo amigo Julio C. al cruzar el Rubicón; a tomar por... fue, sin embargo, nuestra frase para la historia. Había que irse a la cena.

Esta era mi mesa para la cena. No se me ve nervioso, ¿verdad? Y es que no o estaba. No contaré demasiadas cosas sobre la cena. En mi opinión, estaba todo muy rico... y no diré más. Creo, eso sí, que deberíais escuchar el parecer de distintas sensibilidades, como por ejemplo la de Oriol, el novio de Carla (Carla G., que aquí parecemos carlistas... ¿lo pillas? Jajajajaja, ¡Dios qué malooooooo!). En fin, que a Oriol lo de recoger los platos... ¡chssssss!, he dicho que no comentaría nada más al respecto. Y a lo dicho, pecho.
Y, por fin, llegaron las actuaciones. Esperando que aparezca en YouTube pronto, comento sólo al más grande entre los grandes: nuestro gran Dimitri, el mago ruso. Tener a Jan Simon en el escenario durante 10 minutos, mientras todo el mundo se moría de la risa, para luego (abracadabra) sacarle la camisa limpiamente de un tirón, con la sudadera puesta... en fin, no hay palabras. ¡Menudo CRACK! Ya digo, YouTube te espera impaciente... Y también pudimos disfrutar del arte bailaor de Elena y Carmen. Consiguieron que el comedor del South Campus del IESE se convirtiera, durante unos minutos mágicos, en una caseta de la Feria de Sevilla. Vaya nivelón, tú. Y, a continuación, Pau y los otros profes, que ya hemos comentado... The River fue electrizante.

Y, acto seguido... creo que lo mejor es que lo vean con sus propios ojos. Sólo tenemos documentación histórica de calidad de la primera canción, Esos ojos negros de Duncan Dhu. ¡Qué rabia! Pero bueno, mejor eso que nada. La verdad es que el público se entregó, y es de lo más divertido del vídeo... A ver qué os parece. Con todos ustedes, Fractila Crítica...

3 comments:

Yang Wei Yin said...

Excelente post Gonzalito! que paso con el video? lo quiero ver!

Ángel Alonso said...

jajajaja muy bueno Gonzalo!!!!
Angel A.

EveTV said...

you were great that night!!