Bueno, aquí estamos otra vez, aprovechando el final de esta soleada mañana. Esta mañana me he enfrentado con un caso de la industria química, protagonizado por una empresa llamada
Harper Chemical Compani, Inc. ¡En mala hora se le ocurrió a la pobre diversificar y meterse en el mundo de los minerales! Y mi misión es averiguar, con las casi 30 páginas de información que me dan -balances, estimaciones, actas, etc.-, por qué no les ha funcionado el nuevo proyecto, y si deberían responder que sí a una oferta que han recibido por esa división, y a qué precio. Apasionante.
Donde parece que sí ha habido química, y de la güena, es en el equipo. Sólo hay una cosa que me gusta menos, jejeje... y es el nombre. Somos el equipo C-4 (o lo que es lo mismo, el equipo 4 de la sección C, que es la bilingüe, es decir, mi clase). Curiosamente es el mismo nombre del
coche con el que me la piñé al venir a Barcelona, jajaja, un Citroën C-4
. Bueno... casualidades de la vida, ¿no? Por lo demás, todo genial. Aquí os dejo un foto de equipo, con
coach (mentor, en realidad) incluido:
Fila de abajo, de izquierda a derecha (como debe de ser...): Laia, Pablo, Daniel, Cristina y Vicente (que no es que esté haciendo el MBA por vigésima vez, sino que es el mentor); en la fila de arriba, es decir, los más altos (jejeje): David -se pronuncia
Deivid-, Fernando, Víctor y servidor.
Pablo y Víctor son de Madrid, y ya les conocía de las cenas organizadas antes del verano. Cristina es de Barcelona, y Laia de Reus, que por lo que he averiguado hasta ahora es algo así como Bilbao para los bilbaínos, es decir, cualquier ciudad (Tarragona, por ejemplo) está cerca o lejos
de Reus, pero nunca al revés. Los fichajes extracomunitarios son Fernando, de Chile, Daniel, de México, y David -os recuerdo que se pronuncia
Deivid- de Canadá, si bien David -no os olvidéis,
Deivid- está en trámites de dejar libre la plaza de extracomunitario al conseguir la nacionalidad española.
Como dijo el conocido filósofo Jorge Valdano,
yo soy yo y mis circunstancias, y una vez más lo comprobamos en este pequeño grupúsculo de personas: tenemos circunstancias para dar y tomar, de todos los colores: ingenieros, abogados, economistas, científicos... con experiencias en la industria, en bufetes, en consultoras... en diferentes países... total, un popurrí bastante prometedor. Eso sí, si hay un
tú y tus circunstancias que a priori llama la atención, es el de David -te acuerdas, ¿no?-. El nombre completo ya dice bastante:
David Power, jejeje*. Si me deja, ya contaré más cosas. Para empezar, mañana el equipo al completo vamos a montar una BBQ, o barbacoa, en su casa, un ático en la mejor zona de Barcelona.
Y ahora os dejo porque, para entonces, debo haber terminado muchos casos y más cosas.
(*) La verdad es que con ese nombre podría ser el agente de campo perfecto, socio ideal de Jack Bauer... y no un nombre tan soso como Chase Edmunds (creo que por eso Chase duró tan poco, y le largaron con la pesada de Kim). Si bien es cierto que se parece bastante -peligrosamente mucho, diría yo- a David Palmer... Pero no, Power suena más a darse de leches codo a codo con Bauer. A todo esto, me han traído de Madrid la 5th Season, jajajaja... y es que los contactos del IESE son muy alargados... (Nota del Traductor: si no sabes de qué hablo, quiere decir que no sabes de qué hablo, pero no te preocupes).