Voy a dejaros un par de fotos, que para una vez que las hago decentes, creo que merece la pena subirlas aquí. En esta primera, que es la que más me gusta, no salgo yo, porque la hice yo. Véis, sin embargo, a Ricardo y a JaviQui ya en pleno descenso.
Realmente el lugar era precioso, si bien la zona alta del pico que subimos, el Turó de l'Home, está lógicamente un pelín más pelado. Pero en seguida te internas en un hayedo impresionante, que aparte de ser un lugar muy muy bonito y agradable, nos resguardaba bastante del sol. Y de ahí, la segunda de las fotos, con idénticos protagonistas (es que la única en la que salgo yo nos la hicieron unos mendas que pasaban por allí, y salió de pena).
También aproveché otro finde para visitar el chalecito de los padres de un amigo. Está situado en la zona del Maresme, que disfruta del fantástico microclima del que ya hablé en otra ocasión (creo, aunque las neuronas me patinan a menudo). La urbanización tenía un nombre elegido más bien con escasa imaginación: Supermaresme, pero la verdad estaba mol bé montada, con unas casitas la mar de majas. La vista que disfrutábamos desde la piscina era es-pec-ta-cu-lar. Aquí os la dejo.
Y tras todos estos aperitivillos llegó la famosa noche de S. Juan. Aquí en Cataluña esta noche no es una noche normal, si no que es la bomba, nunca mejor dicho. Es la típica noche en la que las abuelas le mangan los petardos a los nietos porque los quieren tirar ellas: aco...lucinante, de verdad. Aquí tiraban petardos hasta los Tedax... durante toooooooda la p. noche. Bueno, no sólo petardos: lo que de verdad les flipa es hacer hogueras, y especialmente en la playa. Nuestra prudencia nos llevó a alejarnos un poco de Barcelona, y así acepté la invitación de Joan para celebrarlo en el chalet de sus padres, en Matadepera. Una vez más, la vista desde el jardín no tenía desperdicio: toda la zona del Vallès, muy muy bonito.
Pero ni siquiera aquí nos pusimos a salvo del afán petardero, jejeje. Además fue gracioso porque, después de la barbacoa, montamos un cine de verano junto a la piscina para ver a nuestro españolísimo Bardem en No Country For Old Man. Pues bien, como en todo el pueblo y por supuesto en las casas vecinas la gente no dejaba de tirar petardos y lanzar cohetes, la verdad es que los tiros de la peli resultaron mucho más realistas. Bien Bardem, pero el film no terminó de gustarme: buena fotografía, pero demasiado largo y un guión sin gancho, en mi humilde opinión. Quizá haya que verla por segunda vez...A ver, todo esto prueba que estoy consiguiendo desconectar, ¿no? Por otro lado, tengo que contar todas mis nuevas aventuras con mis amiguitos del capital riesgo (que bastante han arriesgado conmigo). A ver si me pongo en breve y os narro algo, que ya va siendo ahora.

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