Wednesday, April 30, 2008

Nunca pensé que yo haría una segunda parte de algo

Bueno, bueno, bueno… esto es el summum: he decidido aprovechar el viaje Barna-Madrid (en AVE, claro) para escribir los próximos cincuenta y cuatro mil trescientos cuarenta y dos próximos posts del blog, porque ya se ve que la vida no me da para más… En fin, eso no es del todo cierto, como os podréis imaginar, pero es que de verdad tengo muchas cosas para hacer distintas de escribir. Ahora mismo, sin ir más lejos, he renunciado a ver la peli que echan en el tren (fácil, tiene pinta de ser penosa), he dicho que no al Expansión y al Financial Times y al The Economist (y eso que llevo todo el… día cargando con ellos) y, lo más difícil de todo, me he negado a mí mismo estudiar durante el trayecto. ¡Uf! Recién terminados los mid-terms, eso ha sido lo más difícil de todo, la verdad. Vamos, que sólo pienso en uds., mis queridos televidentes.

Pero, claro, me estoy enrollando con algo que realmente no interesa a nadie, ¿verdad? ¿Qué es lo que nos tiene realmente en tensión? ¿Qué tenemos todos en la punta de la lengua? ¿Qué nos quita el sueño? ¡Pues claro!, la segunda parte de la teoría de urhh, la culminación de una investigación en la que he estado a punto de perder la vida. Si no lo creéis, no perdáis detalle de la siguiente foto: David -¡sí! el que se pronunciaba deivid, ¿recuerdas?- a punto de matarme por no escribir la segunda parte:
No os preocupéis, ¿eh? El photochop hace milagros: he conseguido que no se vea la navaja con la que me acuchilló ni la sangre… Y la camisa parece que no está rajada, ¿verdad? De todos modos atentar contra mí tiene consecuencias: mis guardias de asalto redujeron al canadiense perverso en un par de segundos, consiguiendo casi parezca un chino sonriente:
En fin, ahora ya sin trucos. Nos quedamos en el post anterior con la recuperación del gran Hijo del Metal. Cómo a duras penas, en una fría mañana de resaca en Barcelona, le arranqué de su subconsciente (o de lo que quedaba de él, si es que quedaba algo), de raíz, la declaración de su amargura: urhh. Lo dijo, o eso le entendí yo: fue un gruñido brutal, que no dejaba lugar a dudas de lo tarde que se había a costado ni de… en fin, no seguiré por ahí. El hecho de derecho es que ahora ya es otra persona. No tengo fotos de su estado actual, pero prometo subir alguna que se pueda ver.

Entonces en el post anterior anuncié que enunciaría en éste los distintos métodos que habíamos aplicado en la sección A para atajar el síndrome de urhh, ¿no? Bien, esta es la parte realmente interesante de todo esto. En concreto nos habíamos imaginado la situación tal como sigue: a un lado El-Gran-Susodicho-Que-No-Debe-Ser-Nombrado, también conocido como el colega Urhh, aburridísima clase donde las haya, y al otro el vergel con Justin y las tortugas. ¿Ok? Aquí no hay trade-off posible, hay que huir del susobicho como de la peste: de verdad que era algo por encima de las fuerzas sobrehumanas. Ni Aquiles el de los pies malolientes, hijo de una diosa, lo hubiera sobreseído: es que no había caso siquiera que hacerle (toma mezcla de palabros, jejeje… me siento en plena forma, y puedo percibir vuestro miedo, jajajaja).

Bueno, antes de seguir quiero enseñaros uno de los efectos más perniciosos del síndrome de urhh. Fijaos en mi compi de mesa el gran Hsiang, made in Taiwan (jejeje, auténtico), la rayada de fotos que hace el tío en medio de clase (de veras que fue él: no tengo nada que ver). Lo que tiene encima de la cabeza no es que la haya dado por colocarse un visor de infrarrojos ni que se haya disfrazado de Boba Fet ni nada de eso (estos orientales... son capaces de todo) sino el proyector colgado del techo, nada más. ¿Lo veis? ¡Es culpa de urhh! Le volverá loco si no pone remedio:
Pues bien, la pócima secreta, el brebaje mágico contra tanta amargura, fue ideado donde se idean todas estas cosas, ni más ni menos que en Bulgaria, tierra famosa por sus amapolas y por sus pitufos silvestres, o quizá por otras cosas. Pues eso, en una mente búlgara, ya que supongo yo que es como las embajadas, ¿no?, una mente búlgara es territorio búlgaro, digo yo, bulga la redundancia. Dicha mente es propiedad de Irina, que a su vez es un ser humano libre, democrático y tolerante, que ha decidido adoptar el formato mujer o casilla 34C del formulario, y que convive con otros sujetos en el ecosistema creado por la sección A (sorry, es un ente discreto del cual no poseo testimonios gráficos hasta la fecha del día que resulta ser hoy). Por tanto, esta historia que viene a continuación podría titularse algo así como “Irina contra el Gran Urhh”, o “La lucha de Irina contra El-Gran-Susodicho-Que-etc.”, o también, por último, “Nuestra Heroína, Irina”, jejeje (¿quién dijo por último? Jajajaja, podría inventar títulos hasta llegar a Madrid…).

En fin, lástima que llega la cena: ¿no os dije que ha salido tarde? Pues es que he salido tarde, y entonces ceno en marcha, con lo cual no me queda más remedio que dejar la parte ya de verdad total y definitiva para más tarde. Cáchis, ¡y yo que pensé que sería capaz de contener mi verborrea esta vez! Pues no, otra vez un montón de párrafos para no avanzar absolutamente en absoluto. ¡Qué vida más triste! Y luego me dicen en el IESE (en plan dando ánimos y eso): tío, Gonza, dedícate a escribir (en realidad tío Gonza sólo me lo dice Pablo; bueno, y mis sobrinos, que todavía no están en el IESE). Pero, ¿cómo voy a escribir? Podría rellenar millones de trillones de páginas, y no contar ná de ná… como ahora mismo, vamos.

Ahora sí está la cena. Volveremos, con nuestra heroína, en el siguiente capítulo de la saga más sagaz de la historia. Bye.

4 comments:

Anonymous said...

Ya nos diras que te dieron de cenar y como te supo el cubata de postre.
No tiene nada que ver con todo esto pero esta demostracion pseudo-matemática me trae de cabeza.

+Postulado No. 1: el Conocimiento es Poder.
+Postulado No. 2: el Tiempo es Dinero.

Todos conocemos el siguiente principio de la física:

- Potencia (Poder) es = Trabajo/Tiempo

Pero considerando que Conocimiento es = Poder, tenemos que:

- Conocimiento es = Trabajo/Tiempo

Y como Tiempo es = Dinero, tenemos que:

- Conocimiento es = Trabajo /Dinero

Ahora, si en ésta ecuación, despejamos la variable "Dinero" obtenemos que:


- Dinero es = Trabajo/Conocimiento

Así se demuestra que, cuando Conocimiento se aproxima a cero (0), el dinero
tiende al infinito, independientemente de la cantidad de trabajo realizado.
Con lo que queda demostrado que:

CUANTO MENOS SEPAS, MAS GANARAS

Nota: Si no has entendido la demostración de este teorema, no te preocupes,
seguramente estarás gozando de un jugoso sueldo.

Anonymous said...

o mejor dicho ¿qué eres?

Anonymous said...

Gonzaaaa!!! No nos dejes con las ganas!! Queremos saberrrr!!! :)
- Cris

Gonzalo said...

mmmmmmm... gran calidad de los comentarios, jejeje,

G