Thursday, April 17, 2008

En busca de la felicidad: introducción a la teoría del urhh

¿Qué mejor manera de empezar un post que con dos sonrientes ciudadanos, demócratas y tolerantes? ¡Qué tíos más majos el Víctor y el Tommy! Lástima que perdamos el tiempo de esta lastimosa manera en la biblioteca... jejeje, pero lo importante, no lo olvidéis, es ser feliz, y claramente esta instantánea es un derroche de alegría: jugosa estampa de eterna y dichosa juvenas...Y es que este post versa sobre los distintos modos de alcanzar la felicidad, cuando el entorno que nos rodea nos oprime y nos agobia hasta tal punto que la deja fuera de nuestro alcance. Fijaos, por ejemplo, qué diferencia hay entre la jovialidad de los pimpollos anteriores y esta otra foto que pongo ahora: caras serias, adustas, cuerpos encorvados por el peso de la responsabilidad... apreciad cómo sufren, pobres, Álvaro y Santi (impresionante, el Hijo del Metal está aquí, entre nosotros...):
Sí, es duro mantener la mirada sobre tal demostración de esclavitud... Y ¡ojo!, el ubi, locus, o lugar es el mismo (ya que daba la paliza, la daba toda seguida...). Corolario: no es el entorno el responsable de nuestra agonía personal, sino algo muy distinto. Mis indagaciones personales han dado con aquello, a lo que he denominado urhh. Sí, amigos, todo filósofo deja un rastro en la posteridad: la razón práctica de Kant, las circunstancias de Ortega, el 4-4-2 de Valdano..., y yo no voy a ser menos. ¿Qué mejor manera de expresar lo que hay más dentro de nosotros mismos que con un urhh? Verás, inténtalo: concéntrate en ti mismo, pon los labios como si estuvieras imitando a Reitziger (sí, hombre, el lateral-desatascador del Barça), contorsiónate en plan danza del dromedario, y... -antes de palmarla- intenta decir lo que sientes con una única expresión universal-galvanizante que lo englobe todo: la expresión-agregada-total, ese grito interior de absoluta meningitez mental que todos llevamos dentro... ¿Qué sale? Bien, reconozco que puede salir cualquier cosa, jejeje, pero dejémoslo en que urhh es una buena aproximación.

Pues bien, todo este rollo va de cómo atajar el estado inconsciente de urhh y de cómo algunos tratan de acabar con él. Y nada de quedarse en estados intermedios, ¿eh? Mirad, un peligroso reflejo de estado intermedio: ojos cerrados, mirada perdida, expresión de incertidumbre interior, falta de motivación extrasensorial... Mirad, mirad:
No, por favor, no aspiremos a eso. Este peligroso estadio es conocido como semiurhh, o también estadio de Montjuïc, según distintos autores de la peña españolista. Pues eso, nada de semis, ¡queremos ser enteramente felices!

En este punto algunos podrían pensar: ¿que carajo le ha pasado al Gonzalo? Ahora sí que nos lo han cambiado. No, porfa, no huyáis: parece que todo esto va de pensar, pero prometo que vais a pensar menos que en un capítulo de mi adorable 24 horas. Simplemente no sabía cómo colar las distintas estupideces que pensaba contar. Jejeje, y es que como no tienen justificación posible, lo mejor es enmarcarlas dentro de un marco inmarcesible (esto último sólo para demostrar que todo sigue igual...).

Todo lo que comienza tiene un comienzo, y el de esta historia comienza aquí. Imaginaos dos trimestres agobiantes, cansados, duros, de insomnio mortal. ¿Ya? ¿Lo tenéis? Bien, ahora, tras haber pasado por ese estupendo pero durísimo trago, imaginaos que miráis por la ventana y lo que se ofrece a vuestros ojos es un magnífico jardín; un vergel repleto de contraluces, tortuguitas, y flores silvestres. Algo como esto, pero sin Justin dialogando con las tortuguitas (mira que el tío sabe idiomas...):
¡Qué maravilla! Ahora, sin embargo, os giráis en vuestra silla y... ¡qué horror! Una clase aburrida y soporífera. Vuelves a mirar... el paraíso; te giras: el Gran Urhh. ¿Qué hacer? Es duro, pero es que la felicidad... No se puede perder la felicidad y sucumbir al Gran Urhh sin lucha... Pero, me dirás, en este caso el estado de urhh es culpable, y me ha salido un poco caro... Gran puntualización, amigo mío. Pero hemos quedado en que a este blog no se viene a pensar, y tú estás acercándote peligrosamente a algo que se le parece: ¿te imaginas a Bauer diciendo algo así? No, Bauer se interrogaría a sí mismo hasta la muerte antes de prestarse a semejantes elucubraciones. Por tanto, dejémoslo en que, por una vez, hay que hacer algo simplemente porque esta clase no hay quien la soporte: es in-fu-ma-ble (de todos modos, al final si me acuerdo haré algunas consideraciones sobre lo positivo de todo esto, si es que hay algo que se salve, jejeje).

Quizá en la sección C la teoría de urhh haya tardado más en calar, ya que somos más propensos a la auto-flagelo-halitosis reflexi-troncal de carácter latino, pero en el mundo guiri en el que mi vida se desenvuelve actualmente esto lo solucionan en un periquete. Vale, ¿queréis un ejemplo de vitalidad anti-urhhica? Bien, aquí os lo dejo: Ok, un español y un portugués, ¿qué hay de guirismo aquí? Por favor, no seáis cortos de uñas, id a lo esencial: NO EXISTE SÍNDROME DE URHH por ningún lado. ¿No os dais cuenta? ¡¡¡Cuánta felicidad!!! ¡Qué dicha tía Felisa! (uy, sorry, eso no rima; es con qué risa para que rimel). Otro ejemplo. Vamos a observar la transformación perríllica del Hijo del Metal (la instantánea es francamente patética, porque saltó el flash y la gracia de la foto se fue al carajo; intentarlo de nuevo hubiera puesto en peligro mi integridad física: Santi me aguanta pero a Pärt, estón de Estonia, no le han terminado de explicar todavía mi caso y es mejor no jugar con los rolling estones, jejeje): fijaos cómo le está cambiando la expresión, como la vitalidad le invade, cómo..., no sé, cómo-come y cómo-comu-nica... Es alucinante cómo unos pocos ejercicios anti-urhh realizados con la sección A le han devuelto la vida y la esperanza. Ayer precisamente me lo decía él mismo con sus propias palabras de su boca. Le vi por la mañana, recién levantado después de haberse acostado a las 5:30 am, o mejor dicho, recién peinado después de haberse levantado para acostarse a las 5:30 am, o quizá tostado para levantarse a las 5:30 am habiéndose levantado recién, o lo que sea. ¿Qué tal, Santi?, le pregunté, en mi ignorancia de sus condiciones psicofísicas. Y, ¿qué me contestó? Fue la luz que me demostró la veracidad de todas mis teorías; su contestación fue, pura y llanamente, ¡¡¡URHH!!! Sí, así es, ¡lo dijo! Y sabía lo que decía... y yo sabía que lo mejor era no preguntarle nada más... pero es que realmente tenía suficiente con eso: la felicidad, aunque no lo demostrara en ese momento su fachada exterior (realmente ruinosa esa mañana, jejeje), habitaba ya en él.

***
En este punto mi sentido del ridículo me lleva a preguntarme, ¿qué narices estoy escribiendo? Prometo que mi intención era contar las últimas tonterías que habíamos hecho en clase para combatir alguna sesión un poco más soporífera, pero creo que se me ha ido la pinza totalmente. Siento este arranque de sinceridad, y como comprenderéis no tengo absolutamente ningún sentido del ridículo, o sea que no es ese el problema: el problema es que hoy tengo que hacer más cosas (¿o más casos?, jejeje), por lo que se me ha ido el tiempo sin contar lo que realmente me hacía ilusión contar. DA IGUAL, ¿sabes?
a) No pienso borrar lo anterior.
b) Pero tampoco debo seguir ahora.

Por tanto, el próximo día, D.m., contaré por fin en qué consistieron todas esas cosas que vengo anunciando. Mientras tanto, disfruten al menos de las fotos para hacerse una idea de qué es esto del IESE, y no se pierdan la segunda parte de En busca de la felicidad.

Jo, la que está cayendo aquí en Barcelona...

5 comments:

mch said...

jo Gonzalo debo estar muy pero q muy mal pero me he perdido a mitad de tu disertación, estaré en estado urhh??????????????? Prometo volver a leerlo con más atención a ver si logro seguirte

Maria said...

ok

mch said...

Papá está anonadado con tu narración
Besitos de los papis

Gonzalo said...

Más lo van a flipar cuando lean lo que viene después... jejejeje

G

Maria said...

cuanto te queremos...todos nos lo hemos leido hasta el final...urhh!!!